RENUNCIAR
Autor: Miquel F Oriol Guerrero.Cpich. Según el diccionario de la RAE ( Real Academia de la lengua), renunciar significa “ desistir de algún empeño o proyecto. Privarse o prescindir de algo o alguien”. Tiempos estos que nos toca vivir la renuncia, obligados (en principio es así) por circunstancias económicas sobrevenidas, de forma directa o indirecta. Y que sorpresa al descubrir lo difícil que resulta renunciar a los que poseiamos: coche,status, actividades,ropa… Parece que, según diversos autores, esperar es “ tener esperanza de conseguir lo que se desea”. Y como afirma Fromm “hasta en el lenguaje se observa la posesividad de nuestro tiempo. Yo no puedo", en sentido estricto, tener algo que no es material. Puedo sentir o no sentir esperanza. Me pregunto entonces si es algo natural en el hombre esperar, tener expectativas. Según la visión humanista (Lersch, 1966) “ El deseo de vivir del hombre se nutre de las representaciones de las posibilidades futuras que aparecen en su horizonte objetivo y que se hayan relacionadas con aquello a lo que esperamos”. (También Lain-Entralgo) Asi que parece que no sólo es natural (en un sentido tendencial o motivacional, enraizado en la naturaleza del hombre) sentir esperanza, esperar, sino que además deviene en una actitud a cultivar (actitud esperanzada en Ramon Rosal, 2003) para un crecimiento personal armonioso. Llegados hasta aquí, parecería que renunciar es el antónimo o lo contrario a esperar. Dejar de esperar. Y por tanto, insano de alguna manera. Esto sería así si la renuncia lo fuera a una esperanza sana o humanizadora. Entonces, nos toca revisar las diferencias entre las esperanzas sanas y/o humanizadoras y las esperanzas insanas y/o deshumanizadoras (que no contribuyan a mi crecimiento personal ni el de mi entorno) Así y siguiendo a Ramón Rosal (2003) son o se consituyen en esperanzas deshumanizadoras aquellas que suponen, en palabras del autor, bloqueos, distorsiones o dispersiones de la actitud esperanzada genuina. A saber:
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. Respecto a este tipo de esperanzas será adecuado y sano cultivar una actitud de renuncia, ya que no generan bienestar, ni se constituyen en formas del modo Ser , sino en el de la acumulación o Tener (Fromm) Y llegados aquí podemos desentrañar o al menos señalar el engaño que hemos ido urdiendo en esta sociedad de finales del siglo XX y principios del XXI , concretamente por los actores principales del escenario público de la sociedad del bienestar: politicos-artistas, deportistas de élite, actores y actrices holywoodienses, banqueros de éxito, constructores meteóricos, mass media, publicistas, anunciantes… Todos , de manera directa o insidiosa transmitiendo la idea de que el éxito, lo que está bien (moral), lo correcto, lo valioso es…tener. De este modo, ligada la autovaloración, el autoconcepto, la autoestima a la posesión, renunciar aparece como un hecho traumático. Llegamos a la esperanza de tener, absolutamente alejada a la esperanza enraizada en la naturaleza del hombre, la esperanza de ser. Sin embargo, no me parecería justo de ninguna manera, minusvalorar la responsabilidad de cada uno de nosotros en el momento actual. Porque además, solo apelando a dicha responsabilidad nos podremos hacer cargo de nosotros mismos y nuestro proyecto vital. Si bien considero cierto lo que señalaba en el párrafo anterior, no lo es menos que la sociedad del bienestar de la que formamos parte( de hecho somos nosotros, todos) ha desactivado en gran parte la actitud critica (Adulto y Padre Crítico positivo en Análisis Transaccional) . En nuestro caso, pienso que la conjunción de un estado de derecho democrático desde mediados de los años 70 más el rápido incremento del bienestar economico y social parece haberse traducido en varias generaciones conformistas y acríticas (Niño Adaptado Sumiso en AT). Bien, pues la historia nos llama a capitulo. Nos toca decidir, una vez comprobado, donde nos lleva un sistema capitalista radical, que modelo económico y ético (porque ya no pueden ser divergentes) queremos elegir para nuestro futuro. Y creo que surgirá de una elección intima y unipersonal que tenga en cuenta la renuncia a lo postizo, lo artificial, lo des-humanizador. |
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