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Artículos, reflexiones, citas...

La psicoterapia ante los retos de la postmodernidad: primera parte

1/30/2025

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Cómo puede la psicoterapia contribuir a afrontar el contexto vital de la postmodernidad: primera parte. (Oriol, M.2025)


Contextualizando dónde estamos: la postmodernidad

Cuando pienso en el contexto vital, en el mundo (  mi mundo, hablo de Barcelona y el estado español) , cuando empecé a trabajar de psicoterapeuta, a finales de S XX (1996/97) y el actual , los cambios entre ambos son importantes. Por supuesto, no cabe otra que generalizar al hablar de un tiempo tan amplio y de experiencias personales, seguro, muy diversas. Aún así mi percepción es la siguiente: el entorno familiar se mantenía bastante sólido, las instituciones y narrativas sociales aparecían también más sólidas e impermeables, las fuentes de información eran menos y “confiables”, o , al menos, reconocibles. Internet estaba en pañales (nace en 1995). Las relaciones personales más predecibles y con menos posibilidades. El ámbito laboral, aunque ya aparecía cierta flexibilidad, no se mostraba tan atomizado como hoy, generaba una cierta estabilidad. A nivel económico, ligado a la aún incipiente globalización,  no se generaban burbujas immobiliarias (aún)ni  riesgos sistémicos como sucedió a posteriori ( crisis hipotecaria) 2007. A nivel médico o de bienestar físico, los avances de la medicina procuraban una mayor calidad y longevidad de vida. De nuevo la incipiente globalización no permitía que las enfermedades fueran tan fácilmente transportadas por el mundo ( COVID 2020). Todo parecía más sólido . Y en parte lo era.
​
Como puede observarse vivíamos en un contexto que,  pareciendo superada la modernidad ( se sitúa el inicio de la postmodernidad en los años 60/70), con su idea de bienestar y progreso sin fin, pienso que aún vivíamos sus últimos coletazos. El contrato social (para la mayoría) era : si cumples con unos valores determinados, a saber, estudias, trabajas, te esfuerzas, encuentras una relación estable y creas una familia, contribuyendo así a la misma sociedad, ésta ( el estado) te recompensará con bienestar y crecimiento sin límites, delega en él estos asuntos. Esta idea de fondo vertebraba la existencia, le daba un sentido, una dirección. Y una predictibilidad. También dotaba de elementos fuertes y finitos para construir una identidad personal, en muchos casos limitante , en algunos/as claustrofóbica… pero con cierta solidez. La respuesta a la pregunta ¿Quién soy yo? era más simple en su respuesta. Y se hablaba así: identidad en singular. Algo que también cambiará con el devenir del siglo.
Durante este tramo de S.XXI  ( un cuarto de siglo ya)  pueden observarse los cambios  a nivel cultural, social, económico y tecnológico. Como en cualquier cambio, éste se presenta con desafíos y oportunidades, y en todo caso  han redefinido la forma en que vivimos, nos comunicamos y entendemos el mundo.
 
Principales Factores o Características de la Postmodernidad

  1. Pluralismo Cultural:
    • La postmodernidad se caracteriza por una diversidad de culturas y estilos de vida. Se valora la multiplicidad de identidades y narrativas, lo que contrasta con las visiones monolíticas de la modernidad. Esta riqueza puede generar , por contrapartida perdida de solidez, coherencia, dispersión o confusión.
 
  1. Desconfianza hacia las Metanarrativas:
    • Se cuestionan las grandes narrativas o ideologías que han dominado el pensamiento moderno (como el progreso, la razón y el desarrollo). En su lugar, se promueve una visión más fragmentada y local del conocimiento. Esta atomización puede generar relativismo, todo pesa o vale igual.
  2. Individualismo:
    • La postmodernidad enfatiza la autonomía del individuo y su derecho a definir su propia identidad y valores. Esto puede llevar a un sentido de libertad personal, pero también a un aumento del aislamiento, a un debilitamiento de los vínculos, de lo compartido.
  3. Tecnología y Medios Digitales:
    • La revolución tecnológica ha transformado la comunicación y las relaciones interpersonales. Las redes sociales y los medios digitales han cambiado cómo interactuamos y construimos nuestras identidades. De nuevo, se generan mayores posibilidades de ser y de relacionarse. Los peligros pueden venir, por la dispersión, falta de profundidad y compromiso, por tanto de confianza. Se genera también una “infoxicación”  por la cantidad abrumadora de información generada. Así como una mayor superficialidad y velocidad en la transmisión de información.
  4. Globalización:
    • La interconexión económica y cultural ha llevado a un intercambio global sin precedentes, lo que ha generado tanto oportunidades como tensiones en diversas sociedades. Pérdida de tradiciones y de factores culturales diferenciales. Posible asimilación por la cultura dominante. Más uniformidad y menos riqueza.
  5. Relativismo Epistemológico:
    • En la postmodernidad, se sostiene que no hay verdades universales; en cambio, se reconoce que el conocimiento es contextual y subjetivo. Esto afecta cómo se perciben la ciencia y la objetividad. El riesgo de nuevo, es el relativismo. ¿En qué verdad puedo confiar?
  6. Fragmentación Social:
    • Las estructuras sociales tradicionales han sido desafiadas o desmanteladas, lo que ha llevado a una mayor fragmentación en términos de comunidad e identidad colectiva. Se puede entender como una consecuencia de algunos d ellos factores anteriores. Puede generar desencanto, pérdida de confianza y soledad.
 
  1. Estética Postmoderna:
    • En el arte y la literatura, se observa una mezcla de estilos y géneros. Este mestizaje puede favorecer la integración entre disciplinas, así como una pérdida de originalidad pura.
 
Hemos apuntado algunos de los cambios que se han producido en estos últimos 25 años, dando como resultado un mundo más rico, con muchas más posibilidades, aunque también más frágil, etéreo y complejo.
Es interesante estudiar desde la psicología y concretamente desde la psicoterapia, terreno en el que me muevo, como han influido dichos cambios psíquicamente a las personas : en su manera de percibirse, de relacionarse, de actuar, de amar, de proyectarse, en su bienestar, en su bienser ( Lizeretti, N.2012).
 
Posibles efectos psicológicos positivos de la Postmodernidad

  1. Diversidad e Inclusión:
    • La postmodernidad ha promovido una mayor aceptación de la diversidad cultural, sexual y de género. Esto ha permitido que muchas personas se sientan más libres para expresar su identidad auténtica, lo que puede mejorar la autoestima y el bienestar emocional.
  2. Flexibilidad Identitaria:
    • En lugar de tener identidades fijas, las personas pueden adoptar múltiples roles y formas de ser. Esta flexibilidad puede facilitar la adaptación a diferentes contextos sociales y culturales, permitiendo un crecimiento personal continuo.
  3. Acceso a Información:
    • La era digital ha democratizado el acceso a información sobre salud mental, desarrollo personal y recursos terapéuticos. Esto permite a las personas buscar ayuda y apoyo más fácilmente, así como aprender sobre diversas perspectivas psicológicas.
  4. Enfoque en el Bienestar Personal:
    • La postmodernidad ha fomentado un enfoque en el bienestar personal y la autoexploración. Las prácticas como la meditación, el mindfulness y el coaching personal han ganado popularidad, ayudando a las personas a desarrollar habilidades de regulación emocional y autoconocimiento.
  5. Redes Sociales de Apoyo:
    • Aunque pueden tener desventajas que señalaremos después, las redes sociales también han creado comunidades donde las personas pueden encontrar apoyo emocional y compartir experiencias similares. Esto puede ser especialmente beneficioso para aquellos que se sienten aislados o marginados.
  6. Creatividad e Innovación:
    • La ruptura con narrativas tradicionales ha estimulado la creatividad y la innovación en diversas áreas, incluyendo el arte, la literatura y la psicología misma. Este ambiente creativo puede fomentar una mayor expresión personal y exploración de nuevas ideas.
  7. Cuestionamiento Crítico:
    • La postmodernidad invita a cuestionar normas establecidas y estructuras de poder. Este pensamiento crítico puede empoderar a las personas para desafiar injusticias sociales y buscar cambios positivos en sus vidas y comunidades.
  8. Interdisciplinariedad:
    • La integración de diferentes disciplinas (arte, ciencia, filosofía) ha enriquecido el campo de la psicología, permitiendo enfoques más holísticos para entender el comportamiento humano.
  9. Énfasis en Experiencias Personales:
    • Se valora cada vez más la experiencia subjetiva individual como fuente válida de conocimiento. Esto permite que las narrativas personales sean reconocidas como importantes para comprender problemas psicológicos.
 
Posibles efectos psicológicos negativos de la Postmodernidad

  1. Fragmentación de la Identidad:
    • En la postmodernidad, la identidad se percibe como fluida y múltiple, lo que puede llevar a una sensación de fragmentación. Las personas pueden experimentar confusión sobre quiénes son, ya que las categorías tradicionales (como género, raza o nacionalidad) se vuelven menos definidas.
  2. Relativismo Moral y Ético:
    • La postmodernidad promueve una visión relativista de la verdad y la moralidad. Esto puede generar incertidumbre y ansiedad, ya que las personas luchan por encontrar valores estables en un mundo donde las normas son cambiantes.
  3. Aislamiento Social:
    • A pesar de estar más conectados digitalmente, muchas personas experimentan un sentido de aislamiento y soledad. Las interacciones virtuales pueden no satisfacer las necesidades emocionales profundas, lo que puede contribuir a problemas como la depresión y la ansiedad.
  4. Crisis de Significado:
    • La pérdida de narrativas universales (como el progreso o el sentido religioso) puede llevar a una crisis existencial. Las personas pueden cuestionar el propósito de sus vidas y sentirse desorientadas ante la falta de un marco claro para entender su existencia.
  5. Consumo y Materialismo:
    • La cultura postmoderna está marcada por el consumismo, donde el valor personal a menudo se mide por posesiones materiales. Todo se puede vender ( Yo soy mi marca personal) Esto puede llevar a una insatisfacción crónica y a una búsqueda constante de gratificación superficial.
  6. Desconfianza hacia las Instituciones:
    • Hay una creciente desconfianza hacia instituciones tradicionales (gobierno, religión, familia), lo que puede afectar la salud mental al disminuir el sentido de pertenencia y apoyo social.
       
              Bibliografia
 
Gergen, K.J. (1991). The Saturated Self: Dilemmas of Identity in Contemporary Life. Basic Books.
Bauman, Z. (2000). Liquid Modernity. Polity Press.
Beck, U., & Beck-Gernsheim, E. (2002). Individualization: Institutionalized Individualism and Its Social and Political Consequences. Sage Publications.
Turkle, S. (2011). Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other. Basic Books.
Foucault, M. (1984). The Foucault Reader. Pantheon Books.
Nussbaum, M.C., & Sen, A.K. (1993). The Quality of Life. Clarendon Press.
Articulo realizado con la ayuda de IA (Chatgptx).

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Y ahora tras (trans) la pandémia

8/1/2022

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​En mi anterior articulo del blog, al inicio de la pandémia, apuntaba algunes reflexiones de ese momento que vivíamos. Pasados dos años- cómo vuela el tiempo- me gustaría revisar algunos de los elementos que allí se apuntaban de forma escueta.

¿ Cómo nos ha ido desde entonces? Pues no del todo bien la verdad. Si es cierto que gracias al esfuerzo de los científicos y sanitarios, la diligencia ( sí, a veces también y es justo reconocerlo) de los políticos en la compra y distribución de las vacunas y la colaboración y sacrificio de la población la pandéemia se ha contenido. Y aunque ahora estemos en plena séptima ola, afortunadamentet para la mayoría de personas ya no representa un riesgo vital. Estamos en el camino de “gripalizar “ la Covid.

No estoy tan seguro en cambio de si se producirá un necesario refuerzo de los Servicios públicos sanitarios, y, evidentemente no nos hemos vuelta más sabi@s magicamente por el hecho de haber sufrido,
Y además, cuando estábamos saliendo de la versión más dura de la pandémia, se inicia el conflicto ruso-ucraniano, con el previsible dèficit energético y alimenticio a nivel global que ello producirá por la ineterconexión entre necesidades de diferentes paises y continentes. La incipiente polarización de bloques ( de nuevo). Para postre, nos llega el verano más tórrido que recuerdo, la vida derramando sobre nosotros lo que algun@s aún se niegan a entender: nuestro mundo no es , ni serà, ni el que teníamos, ni el que esperábamos ... si se acerca más al que parece que nos hemos hecho acreedores.

De la misma manera que el modernisme fracasó en proporcionar  felicidad para todo el mundo a cambio de comprometerse con unas reglas capitalistes: producción sin limites, acceso ilimitado a los bienes de consumo, autorregulación del mercado, crecimiento continuo...el postomodernismo se haya ante el desafio de crear y estructurar un/os nuevos/s discursos que puedan vertebrar esta nueva época que ya ha comenzado y que se prevee dura y desafiante. ¿ Que se puede esperar? ¿Qué se puede prometer? ¿ Es posible un nuevo contrato social?...

 Como lo mio no es la sociologia, nio la economia ni la geopolítica, me voy a ocupar de reflexionar sobre la afectación psicológica de estos acontecimientos y también sobre diferentes maneras de sostener y acompañar estas vivencias para mitigar su impacto en la salud mental de las personas.

Puede entenderse este cúmulo de acontecimientos como un estrés continuo, que tiende a cronificarse, ya que si miramos hacia el futuro no se vé el final de las situaciones que atravesamos. La incertidumbre se ha convertido en una variable básica en nuestra existéncia ( o al menos, más presente, ya que forma parte de nuestra condición humana). Y si se albira alguna certeza, es que a corto y medio plazo, las cosas no mejorarán ( ver Niño Becera, S. 2022). Así , venimos de dos años de amenazas a nuestra vida y a nuestra forma de vida, cambios continuos, agotamiento y nos enfrentamos a un presente y futuro que no seran fáciles para muchas personas.

Sabemos, por estudios previos, que el estrés sostenido y cronificadio colabora en un aumento de trastornos físicos y mentales ( sobretodo trastornos depresivos y de ansiedad). También sabemos por nuestros abuelos, que vivieron hechos muy duros, que sobrevivieron y en la mayoría de los casos consiguieron llevar una buena vida. Muchos autores llaman Resiliencia a esta cualidad dinàmica y bio-psico-social-espiritual que (nace y se desarrolla en) y permite hacer frente y superar la adversidad. (Rutter 1985)-

En un humilde estudio realizado en nuestro centro, pudimos identificar tres componentes que pueden ser relevantes en el trabajo con esta cualidad: la agencia, el vinculo y el sentido ( estudio presentado en sesión clínia del Instituto Erich Fromm en Junio de 2020) :
-Agencia como percepción de la persona de que es protagonista y puede incidir en  lo que ocurre.
-Vínculo como , al menos, una relación interpersonal relevante para la persona.
-Sentido, como la presencia de un sentido vital, consciente o inconsciente, que permita enhebrar la existéncia.
( Ver Cirulnik B. 2021 y Rojas-Marcos,2011).

Parece que trabajar en crear, incrementar o robustecer dichos compenentes podria ayudar a un mejor manejo intra e interpersonal de los que nos tocará vivir.
Y como se puede observar, estos tres factores se hayan al menos debilitados en la Sociedad actual: hemos delegado nuestra responsabilidad en lo de fuera ( estado, empreses...) Y la sociedad se ha atomizado tanto que es difícil poder ejerecer nuestro poder de forma significativa. ¿Qué decir de los Vinculos, desde los familiares a los sociales: líquidos  en palabras de Bauman.
¿Y el sentido?: muy presentista, sin profundidad. El sentido, como la esperanza, se estiran hacia delante ( acepciones de sentido: significado/dirección). Si hoy no se puede pensar en un futuro sólido ni cierto, muchas personas optan por el aquí y ahora, por el presentismo, como destino.

Desde el Humanismo,( concretamente desde la Psicoterapia integradora humanista. Ana Gimeno y Ramón Rosal, 2013), sin caer en posiciones ingenuas o buenistas, y entendiendo que el ambito personal se integra en el familiar, social, político....creemos sin embargo que aún hay trabajo por hacer. Podemos trabajar para re-apropiarnos de nuestro poder y responsabilidad ( agencia), que aunque pequeño, cuenta...podemos decidir no ser víctimas o espectadores de nuestro tiempo y, a la vez que nos entretenemos, pensar , explorar, reflexionar en cómo podemos contribuir en lo que pasa de una forma sana y creativa.
Por otra parte, quizás será interesante revisar nuestros vínculos y preguntarnos cómo los estamos viviendo...y cómo desearíamos vivirlos para que resulten más significativos aún.
​
¿Y el sentido?, el tercer componente básico de la Resiliencia al que aludiamos más arriba. Viktor Frankl decía que exisitian tres realidades humanas en las que podíamos encontrar el sentido: el amor, el trabajo y...el sufrimiento. Y esto es así, porque como seres humanos necesitamos darle a sentido a aquello que vivimos. Si perdemos esa capacidad enfermamos.
 
Como apuntava en mi anterior articulo, no se trata tanto de cómo llegar a ser transhumanos o superhumanos, sinó en cómo crecer en nuestra humanidad, a pesar de todo.

MIquel Oriol Guerrero.
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La vivència d'un temps excepcional

4/11/2020

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Fa unes setmanes que estàn passant moltes coses a la nostra vida, una crisi sanitària sense precedents ho ha capgirat tot: la situació laboral ( per què les nostres condicions de feina han canviat, o estem en risc de perdre la o l, hem perdut), la personal, no permetent que ens relacionen i puguem veure i abraçar a les persones que estimem, la  emocional (provocant una onada de sentiments que pugen i baixen depèn del moment, la informació que ens donin...),i la "nostra llibertat" ha estat retallada per la paraula "confinament".
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Hi ha un estudi (d’IPSOS, empresa d’estudis de mercat)  que ha fet una descripció d, aquest confinament en set fases, recollint l, afectació emocional que es pot sentir:

1. Incredulitat.
Dominada per la por i el gran allau d, informació que s, està rebent
2. La preparació
Els plans canvien i comença la provisió de subministrament davant de l, angoixa i la por
3. L'ajust
El nostre dia a dia s, adapta a les restriccions, s, elaboren noves rutines en funció de l'acomodament al nou espai
4. Aclimatació
Es van refermant noves rutines, es va fent front a l'avorriment, pot aparèixer desídia, hi ha molt contacte familiar.
5. Resistència
Augmenta la tensió a causa de l'augment de restriccions i la limitació de la vida social, va afecta'n a l, estat d, ànim, afecta la relació entre les persones i s, incrementa la sensació d, incertesa sobre quant durarà això.
6. Alleujament
Esperança sobre la reobertura del negoci. Les persones se senten felices per la possibilitat de recuperar la seva vida amb normalitat
7. Temor a noves preocupacions
Por, sobre la seguretat financera després de la crisi, amb conseqüències econòmiques evidents.

Es podrien explicar moltes més coses sobre "el confinament", des de l, experiència que senten diferents persones doncs no tothom ho viu igual, hi ha persones que aquesta aturada laboral i de treball des de casa els ha servit d, ajut per alleujar una situació de "pressió" que vivien a la feina, i està sent més efectiu, hi ha altres persones que estan en família, que els està servint per reforçar vincles i compartir amb més intensitat aquests moments, hi ha persones completament soles fa molts dies, algunes molt grans,i hi ha d, altres, que estan intentant despertar una part creativa" en vers la seva professió, però també hi ha molta gent a primera línia( des del personal sanitari fins al de neteja) , cuidant nós, exposant sé, sent "molt valents", i persones patint des de la malaltia, els ingressos, les pèrdues d, essers estimats que no poden acompanyar.

També s, han creat xarxes solidàries des de tots els àmbits professionals ,per ajudar a la gent que està sola , o malalta o és gran, o col·lectius especialment vulnerables, moltes d, elles promogudes per joves, que són la nostra esperança de futur, la solidaritat, l, altruisme, l,empatia  està surtin amb força i és realment emocionant .

Amb tot això crec que és important reflexionar sobre l, experiència d, aquest aprenentatge, vers a nosaltres mateixos, de ser conscients de les nostres pors , angoixes, i tristesa, també ser conscients que pot aparèixer l,apatia ,l, irritabilitat i la desesperança ... Seria important a provar d, aparcar temporalment les idees més fosques ( intentar trencar amb aquells pensaments més negatius i catastrofistes) i intentar concentrar-nos en provar d, escriure la nostra vivència i poder pensar en nous plans o il·lusions de cara a mig termini, en aprendre a relaxar-nos,i també fer una mica d, exercici, però aniria molt bé guardar un espai exclusiu pel nostre silenci, encara que sigui petit, uns minuts al dia per fer una petita meditació ( hi ha algunes apps realment interessants), permetre'ns connectar amb aquella tasca o activitat o curs que ens agrada i mai tenim temps de fer ( cuidar les plantes del balcó o la terrassa , reprendre aquella la guitarra oblidada en un racó, o les fotos per fer un àlbum nou, inclús el ioga que mai tenia cabuda en el nostre dia dia, etc).

Seria bo que no siguem molt exigents amb nosaltres mateixos, no fa falta estar superocupat aquests dies, està bé, estar actius però també donar espai al silenci que parlàvem, a la música( gran aliada quan ens sentim tristos no ho oblideu com una melodia en uns minuts pot provocar un gran canvi emocional)
Intentem cuidar a la família que no està amb nosaltres, els pares , avis, trucar-los, acompanyar-los, tenir cura del que necessiten emocionalment i a nivell pràctic ( menjar, medecines),dels nostres amics, i la gent que està sola, que ens estimen i a vegades no tenim tant de temps per conectarnos, fer-ho, donar lis més presencia la nostra vida.

Intentem estar oberts a l, esperança que tot el que estem vivint ens pot portar a un canvi , a un creixement personal ... Potser és el repte més important i complex que hem viscut fins ara.

Sílvia Gracia Santos

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Salud mental en tiempos de Coronavirus

3/28/2020

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​Estaba dándole vueltas estos días a diversos temas para participar en un foro sobre salud mental on-line, al que se nos invitó . Había decidido finalmente echar la vista atrás , 25 años atrás, desde el inicio de mi trabajo como psicólogo en un entorno concertado y, sobretodo, privado. Este sector que queda muchas veces invisibilizado en las cifras de atención en salud mental y que, sin duda, es un sector mayoritario. Este entorno recibe clientes con diversos trastornos adaptativos, trastornos de la personalidad y diferentes patologías ansioso-depresivas,  síndromes de estrés y dificultades del vivir, del ciclo vital.  Mayoritariamente, no son “grandes y severas” patologías mentales pero generan mucho sufrimiento. Mi enfoque es integrador: cognitivo y, básicamente, experiencial-humanista.
​
Me había planteado reflexionar sobre los cambios acontecidos en este tiempo de carrera profesional: ¿Los motivos de demanda eran diferentes ahora que a finales del siglo pasado? ¿ Cómo afecta la nueva realidad social, la postmodernidad, a la psique humana, cómo la re-configura? ¿Qué necesidades y valores se ponen en un primer plano en este tiempo que vivimos? Y desde luego ¿cómo la psicología y en mi  caso, la psicoterapia va a responder a este nuevo tiempo, esta nueva manera de vivir , de relacionarse, de enfermar…?.
Me encontraba buscando información para enhebrar la reflexión cuando, hace 10 dias, la pandemia por el coronavirus impacto de lleno en nuestra realidad y sin quererlo, puso delante de mí ciertas respuestas a aquello que me preguntaba. De alguna manera, esta pandemia señala muchos de los signos de nuestro tiempo: la globalización, la interconexión contínua entre todos en todo momento, la velocidad, el ritmo veloz también para los virus… la incertidumbre, la visualización descarnada de la falta de recursos de lo público, lo que nos sostiene en tiempos difíciles revalorizado ante los ojos de todos. Y pasados unos días el confinamiento y con el nuevas realidades, o mejor dicho, el contacto con ciertas realidades que siempre han estado ahí pero escondidas: la ralentización del ritmo, ya que no hay hacia donde correr. También el “tocar” incluso organicamente nuestros límites (también los psicológicos, emocionales…). A aceptar la frustración que conlleva la nueva situación. La desconexión física de nuestro entorno, de nuestras personas queridas. La cooperación, pues ya no tiene mucho sentido ni espacio competir….
 
Casi de repente , el mundo se ha vuelto pequeño, peligroso, limitado y aún más incierto de lo que ya era. Un mundo con la ausencia física “del otro”. Un mundo de duelos…

Y, al levantar la vista en este panorama insospechado y extraño, vemos las costuras de nuestra experiencia en este S. XXI, y vislumbramos que lo que queda es lo esencial, lo esencialmente humano: el miedo, la incertidumbre, la ausencia del otro, la finitud, la enfermedad, el límite…pero también la comunidad, la solidaridad, la re-valorización del otro, el aquí y ahora,el valor de lo cotidiano, de lo compartido, el trabajo con la aceptación…

Nos pensamos trans-humanos o super-humanos y nos descubrimos más humanos que nunca, para bien y para mal. Y aquí llego en mi reflexión: a pesar de las circunstancias y de un mundo cambiante, fluido, postmoderno, bajo mi punto de vista siguen existiendo constituyentes humanos básicos en lo que nos podemos encontrar a lo largo del tiempo y de sus circunstancias, nuestro núcleo , nuestra esencia.

Nuestras necesidades de seguridad , de certidumbre, de vínculos humanos sólidos, de pertenencia, de dar un sentido y trascender aquello que vivimos nos configuran, nos estructuran. Así que, después de lo pensado, no me parecen tan importantes las formas  que la patología o el sufrimiento en salud mental puedan adoptar en un momento histórico dado (aunque deban conocerse e integrarse en nuestro quehacer terapeútico), sino  que, si miramos de forma más holística y comprehensiva, bajo estas formas se encuentra el ser humano, siempre el mismo y otro a  la vez, en evolución constante desde su humanidad.  Así que me atrevo a sugerir una atención en salud mental humanista, que pone a la persona en el centro de su atención, y que estaría bien que, más allá de la eficacia o junto a ella, valor o variable que en estos tiempos parece el santo grial, incorporara esta mirada de la persona y de su naturaleza.


Miquel F. Oriol
 
 

Marzo 2020

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Afrontar la pérdida de un ser querido

3/22/2020

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Todos nos hemos encontrado alguna vez o nos encontraremos ante la pérdida de una persona íntima, entrañable, muy querida, casi insustituible en algún momento de nuestra vida. Cuando sucede todo se para, nuestro corazón parece que se vuelve muy frágil, nos atenaza un dolor intenso, como un nudo gigantesco que no nos permite respirar y a la vez surge un llanto intenso o en ocasiones se queda en un llanto ahogado que no puede salir. Por muchas palabras de consuelo y apoyo, nuestro dolor y tristeza es tan fuerte que parece que nadie ni nada nos puede consolar.
                                                     
Al principio es así, surgen sentimientos que no podemos ni debemos reprimir: rabia, enfado al sentirnos abandonados por la persona que hemos perdido o personas (médicos, etc.) que creemos culpables de su muerte, negación : a veces entramos en un estado de shock que nos hace negarlo todo , no nos creemos lo que ocurre o lo que esta pasando.
 
Después llega una gran tristeza, un desconsuelo, por todos aquellos momentos que compartíamos y que no volveremos a tener, los abrazos que no volveremos a sentir. Más tarde, poco a poco surge la melancolía, el dolor ya no es tan intenso, tan fuerte, parece que podemos respirar mejor, hablar con los demás, volver a compartir cosas, empezar a vivir y finalmente volvemos a integrarnos, relacionándonos, volvemos a ser capaces de querer y de recuperar ilusiones, aunque el recuerdo está  presente y nos acompaña formando parte de nuestra vida.
 
Estas etapas o fases de pérdida o duelo no tienen porque pasa exactamente en este orden, pueden variar, lo importante es llegar a la última.Pero a veces ocurre que nos quedamos como anclados, fijados en el dolor, en el llanto, en esos recuerdos que nos invaden de una pena infinita que nos ahoga y no nos permite continuar con nuestra vida; hay un tiempo para llorar, enfadarse, sentir dolor y recordar es difícil establecer los límites (de 1 a 2 años) depende de la pérdida y el impacto recibido, las circunstancias. Pero si todo ello persiste demasiado en el tiempo, es recomendable acudir a un profesional (psicólogo) que nos ayude a trabajar todos estos sentimientos bloqueados y nos acabe de acompañar en el proceso del duelo.

Autora: Silvia Gracia Santos. Cpich
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Dudas

3/22/2020

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La cliente de ayer me recordó con toda su crudeza el desgarro interno que se produce en el interior de ese conglomerado de instintos, motivaciones, pensamientos, emociones y conductas que es el ser humano, delante de un dilema o duda vital. Es , literalmente, como si una parte de uno mismo luchara contra otra parte del mismo yo.Y me hace reflexionar sobre la maravilla que es el funcionamiento integrado de dichos subsistemas de la personalidad. Sentirse tranquilo, ajustado, adaptado. Esto que parece tan habitual ,tan cotidiano para muchos de nosotros, es realmente uno de los mayores logros de la naturaleza humana. Parece mentira que, en medio de un marasmo de estímulos exteriores entre los que nos movemos habitualmente en este inicio de siglo, consigamos mantener la mayor parte del día, la mayoría de días, la unidad interna y el bienestar que conlleva.
 
¿Quién no se ha sentido, alguna vez, confuso, desorientado, atrapado en fin entre dos posibilidades, dos opciones, dos o más caminos diferentes?. “Estar en la encrucijada” es una expresión que, visualmente, resulta muy potente y adecuada para este estado anímico interno.
 
Sin embargo, una y otra vez, y desgraciadamente no sabemos cuando, la vida te presenta situaciones problemáticas, complejas, en las que es ineludible posicionarse (conflictos familiares, proyectos vitales, carrera profesional...) y  que ponen en peligro dicha unidad emocional-cognitiva.
 
Yo, que estaba tan tranquilo, que sentía que, relativamente al menos, dominaba mi vida, mis emociones, mi estado de ánimo, aquí estoy, confundido y sin ver una salida aparente.
 
Delante de esto entonces, podemos evadirnos, hacer como que no están (mentira, siempre las llevaremos pendientes, “el hombre lleva consigo heridas de todas las batallas que no ha librado”) o, entre asustados y corajudos podemos empezar a mirarlas a la cara.  Empezar a tomar contacto con nuestro desgarro interno, con el desasosiego de la inseguridad , de la incertidumbre, del no saber qué hacer, hacia dónde decidir ni dirigirnos. Este primer contacto, normalmente desagradable es, en la mayoría de ocasiones, lo que nos llevará a a pre-ocuparnos, y más tarde a ocuparnos de la situación conflictiva.
 
Tras este primer contacto, nos concierne ir transitando por el camino de las posibilidades que se nos presentan. Sin embargo, para que sea un transito productivo, y no sólo un “marear la perdiz” interno, con el resultado probable de una parálisis decisoria y acaso vital( emocional, práxica, ideativa) , seria bueno incluir algunas ideas: no sólo utilizar la parte cognitiva para decidir, ya que dejaríamos fuera el 50 por ciento de información: la del cuerpo. Sólo con la implicación somático-emocional podemos llegar a una conciencia plena sobre lo que nos encaja más de una determinada situación. En otras ocasiones, siguiendo las fases del proceso creativo, y entendiendo el proceso de decisión como una solución de problemas, deberemos dejar espacio y tiempo de inactividad sin presionar en la solución ,la llamada fase de “incubación” , necesaria para un verdadero trabajo interno y posterior resolución. Aún en otras, nos tocará discriminar los valores personales que se hayan implícitos en las opciones que se nos presentan, con vistas a discriminar cuáles nos aparecen cómo más “nuestros”, más genuinos, menos interiorizados del ambiente familiar o cultural que nos rodea.
 
Tendremos que realizar toda y cada una de las fases del proceso decisorio que, en el modelo terapéutico humanista integrador (R.Rosal y A,Gimeno Bayón,2003), donde se enmarca esta reflexión, incluye cinco momentos diferentes: a) valoración b) decisión implicadora c) movilización de recursos d) planificación e) ejecución de la acción), cuyos factores no siempre son totalmente conscientes.
 
Como puede observarse, cada transito es o será idiosincrásico, único en cada persona. En este sentido, a pesar de que hablamos de fases, no existen dos procesos decisorios iguales. Dependerán del estilo de personalidad que poseamos, de nuestro contexto vital actual, de nuestra experiencia previa y, como fondo, consciente o no , de nuestro proyecto vital.
 
Sólo un proceso de decisión que contemple la totalidad de aspectos anteriores podrá resolverse en una solución plenamente satisfactoria, generando un movimiento evolutivo libre y sano.

​Autor: Miquel F. Oriol Guerrero. Cpich
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Renunciar

3/22/2020

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Según el diccionario de la RAE (Real Academia de la lengua), renunciar significa “desistir de algún empeño o proyecto. Privarse o prescindir de algo o alguien”. Tiempos estos que nos toca vivir la renuncia, obligados (en principio es así) por circunstancias económicas sobrevenidas, de forma directa o indirecta. Y que sorpresa al descubrir lo difícil que resulta renunciar a los que poseíamos: coche, estatus, actividades, ropa…
 
Parece que, según diversos autores, esperar es “ tener esperanza de conseguir lo que se desea”. Y como afirma Fromm “hasta en el lenguaje se observa la posesividad de nuestro tiempo. Yo no puedo", en sentido estricto, tener algo que no es material. Puedo sentir o no sentir esperanza.
 
Me pregunto entonces si es algo natural en el hombre esperar, tener expectativas. Según la visión humanista (Lersch, 1966) “ El deseo de vivir del hombre se nutre de las representaciones de las posibilidades futuras que aparecen en su horizonte objetivo y que se hayan relacionadas con aquello a lo que esperamos”. (También Lain-Entralgo)
 
Asi que parece que no sólo es natural (en un sentido tendencial o motivacional, enraizado en la naturaleza del hombre)  sentir esperanza, esperar, sino que además deviene en una actitud a cultivar (actitud esperanzada en Ramón Rosal, 2003) para un crecimiento personal armonioso.
 
Llegados hasta aquí, parecería que renunciar es el antónimo o lo contrario a esperar. Dejar de esperar. Y por tanto, insano de alguna manera. Esto sería así si la renuncia lo fuera a una esperanza sana o humanizadora. Entonces, nos toca revisar  las diferencias entre las esperanzas sanas y/o humanizadoras y las esperanzas insanas y/o deshumanizadoras (que no contribuyan a mi crecimiento personal ni el de mi entorno)
 
Así y siguiendo a Ramón Rosal (2003) son o se constituyen en esperanzas deshumanizadoras aquellas que suponen, en palabras del autor, bloqueos, distorsiones o dispersiones de la actitud esperanzada genuina. A saber:
 
No tienen en cuenta los limites de uno mismo, los otros y /o la vida.
No tienen en cuenta los obstáculos del camino y no aceptan ni la gradualidad en llegar al objetivo (lo esperado) ni el paso del tiempo. Es decir, presenta un déficit de tolerancia la frustración.
Son esperanzas voraces. Esperanza del que quiere tenerlo todo.
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Algunas reflexiones sobre la postmodernidad, el ciclo vital y el sentido de la vida

3/22/2020

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Estamos viviendo tiempos post-modernos, que se sitúan a partir del último tercio  del S.XX, por la superación del anterior paradigma: el paradigma modernista (Gergen,K. 1992/2006). Será esta una reflexión desde un punto de vista psicológico y social , y desde dos ejes: las características de esta era post-moderna que se filtran en todas las esferas de la experiencia humana, y el ciclo vital y sus cambios en este principio de S.XXI.

Analicemos primero cómo se conforma esta era post-moderna en algunos elementos que parecen ser evidentes y relevantes:
  • Multiplicidad: incremento exponencial de las fuentes de información, de los referentes, de las opciones vitales. Oportunidad: disponer de diferentes visiones, riqueza de las mismas. Peligro:¿Pérdida de referentes claros…?.
  • Virtualización: con la llegada de las nuevas tecnologías, el contacto con el mundo ha devenido, en muchas ocasiones, de segunda mano. Oportunidad: aumento en la cantidad de contactos. Peligro: Aumento pues de lo cognitivo, reducción del contacto, de la presencia del otro y de “lo” otro.
  • Relativización: de la autoridad (las grandes figuras no “trajeron” una mayor bienestar emocional… si este es posible). Se admite que no hay una única realidad. Un relato único y verdadero. Renacimiento de lo contextual como visión del proceso vital. Oportunidad: “empoderamiento" del individuo, del grupo. Peligro: relativismo, todo es posible… Todo es igual.
  • Diversidad: ligado al movimiento de la  globalización. Se ha producido un movimiento de diferenciación/individuación respecto a  los demás y una atención a la diversidad. Oportunidad: mayor inter-conocimiento. Peligro: paradójicamente, se va produciendo una uniformidad de la diversidad, para ejemplo basta tomar cualquier calle comercial de una gran ciudad europea (mismas marcas, imágenes,  colonización de lo  uniforme).
  • Instantaneidad: Todo se vuelve veloz, rápido. Oportunidad: inmediatez en el contacto, llegar a más personas.  Peligro: pérdida de profundidad en el contacto.
  • ​Renovación constante (novedad): LOS STOCK, IDEAS, MODAS, RELACIONES necesitan una continua renovación…lo fresco, nuevo …generando una corriente incesante de utilización de recursos. Oportunidad: creatividad, búsqueda incesante. Peligro: limite en los recursos. Minusvaloración de lo que no es nuevo, de su sabiduría (vid. Guardini), de su profundidad y solidez.
 
 Venimos de un modernismo (hasta finales s.XX) en España, con un aumento del “bienestar” económico, consumo ilimitado, la falacia de alcanzar la felicidad (incluso como un derecho). Debilitamiento de valores como el esfuerzo, la comunidad, el respeto, la sabiduría, la paciencia, la maduración. Entronización del individuo y sus deseos: "lo quieres, lo tienes", como mostraba un anuncio en televisión no hace mucho. Avances tecnológicos que nos permiten llegar a una verdad “objetiva”, a conocer cada vez más objetivamente al “hombre”. “Yo soy el dueño de mi propio destino”. Dominio de la naturaleza.

Examinemos ahora el estado del ciclo vital en el posmodernismo. Tomaremos como base el trabajo de Guardini,R (1970) y su fantástico análisis de las fases del ciclo vital. Guardini define tareas específicas para cada una de las fases y situaciones de “crisis” en el agotamiento de una fase y advenimiento de la siguiente.
Hay un primer hecho relevante: el cronológico. Las edades que comprende cada fase se han ido ampliando o recortando, como veremos más tarde. Han ayudado a ello factores como los avances médicos, la alimentación, la educación, las oportunidades…

Nos detendremos después en algunas fases específicas de particular relevancia en esta era posmoderna. Guardini define las siguientes fases en el ciclo vital con sus consiguientes crisis (las edades de cada fase son orientativas):

  • la crisis de maduración desde la infancia >> joven (12-18 años)
  • la crisis de la experiencia (del joven al adulto joven) >> adulto responsable (18-30 años)
  • la crisis de la experiencia del límite (del adulto joven al adulto maduro >> adulto serenado (30-45 años)
  • la crisis del desasimiento (del adulto maduro a la vejez) >> adulto sabio (45-70 años)
  • la crisis del quedar inerme (apoyarse en los otros) >> adulto senil (70 años en adelante)
 
Podemos observar varias cuestiones: las fases anteriores, a partir de la segunda, el hombre joven, parecen haberse hecho más flexibles y abarcan más tiempo cronológico : la fase del hombre joven (2) se alarga, debido a la extensión de los estudios, la crisis económica y la sobreprotección parental. La fase siguiente pues, la de la persona responsable, empieza más tarde y se estira casi hasta los 40 años de edad. Así empieza la cuarta fase, la de la persona madura que nos lleva hacia los 50 años. La experiencia del límite se estira una década, en parte por la extensión cronológica de las anteriores, pero también por las capacidades psicofísicas mejoradas (autocuidado, alimentación, deporte…) y la cantidad de oportunidades de “reinventarse”, palabra muy utilizada en estos tiempos de crisis económica. Asimismo, se implementa en la sociedad postmoderna la idea de que no hay límites, de que todo es posible. Como dice Guardini “ …la vejez parece una mala copia de la juventud, una copia decrépita…el resultado es, que en la imagen actual de la vida, la falta de los valores de la vejez, La sabiduría en sus distintas formas…”. Es de esperar que veamos, en estos tiempos, dificultades en encontrar “personas serenadas”, que aceptan y transitan su declinar psicofísico progresivo, asumiendo sus “tareas vitales” de estas fase, su “asentimiento a la vida, desde la seriedad y la fidelidad a la misma…”.

​Y de esta manera, tenemos apuntado el contexto socio-cultural y vital de las personas en la posmodernidad. En este contexto entonces ¿Qué ocurre con el sentido de la vida, con la orientación vital? ¿Cómo queda afectado por este contexto? ¿En qué puede confiar la persona para orientarse?
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    Cpich Psicoterapia

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